Cerro Acati

Una hermosa opción, para toda la familia, para conocer de paso una linda zona con mucho para ofrecer, para los no tan adeptos a la actividad física intensiva pero sí amantes de las bellas vistas panorámicas y las buenas oportunidades de selfie: visitar el cerro Acatí.

La zona de colonia Independencia es bellísima, accesible y no tan alejada de la capital. Incluso da para ir a volver en el día. Si bien la parte de infraestructura para turismo está un poco empolvada, los paisajes de cerros verdes, los saltos y rincones de interés natural y cultural,  y los buenos lugares donde comer hacen que valga la visita.

Llegar a Independencia no es para nada complicado ni tampoco se requiere de vehículo con características especiales.

Eso sí llegar a la cima del Acatí es otra historia. Empezando por el detalle de que el camino al cerro está en la vecina ciudad de Melgarejo, que como queda tan cerca de Independencia se confunden como una sola ciudad.

El lugar está explotado por su propietario y cuenta con muy buena infraestructura para pasar el día, hacer asado o incluso quedarse a acampar. Hasta hay un pequeño kiosko para quien haya olvidado de llevar agua o snacks. Aparentemente está siempre abierto pero no queda demás llamar a consultar (0982379706, o ver su página enInstagram: @cerro_acati) para no hacer tan largo camino y encontrarse con un portón cerrado…

El adminstrador nos indicó que teníamos dos opciones: ir en camioneta con 4×4 o en vehículo bajo pero con buen chofer que sepa volantear. Aceptamos el desafío y fuimos en nuestro sedán de 10 cm de alto. Llegamos hasta poco antes del primer cartel que te indica que te estás acercando (se lee: mirador del Cerro Acati a 500 m). A partir de ahí, dejamos la carroza de lado y ascendimos los últimos 500 metros para darnos el gusto de disfrutar de la naturaleza sin reventar demasiado nuestro vehículo. No puedo dejar de advertir que en un día de lluvia no lo hubiesemos logrado con un autito bajo.

Por el camino tanto de subida como de bajada vimos gente que hacía la caminata desde la base, pero no imagino cuanto tiempo habrán tardado porque el camino es largo y pasa por otro cerro. Sería mas bien como un peregrinaje que fácilmante se extendería al día completo (especialmente calculando que todo lo que sube tiene que bajar).

Una vez arriba, la entrada es de 20.000 Gs/adulto. La vista no tiene precio.

El famoso banquito donde sacarse la selfie tiene un cartel que indica un uso máximo de 5 minutos que por supuesto no se respeta y es casi imposible sacarse una foto sin que salga alguien totalmente ajeno de fondo. O de lado. O delante. Pero no es el único ángulo del cual tomar un lindo recuerdo. Aunque el momento siempre se vive y aprecia mejor con los propios ojos más que a través de la cámara 🙂

A pocos metros de la entrada al mirador del cerro Acati se encuentra también la entrada a Itá Letra (indicada con cartel), lugar donde existen unas marcas en las piedras que se cree que son escrituras rúnicas (vikingas). Llegar al lugar preciso requiere de un esfuerzo aparte. Las indicaciones se puede pedir al portonero del mirador del cerro.

El único costo adicional de subir al cerro es el de un «peaje» que hay por el camino: un portón de madera cerrado con 5 niños sentados encima que te dejan pasar a cambio de un aporte voluntario.

Ya estando de vuelta abajo, el lugar donde recuperar energías es el agradable patio del restaurante El Mangal (0981302108) donde el menú alemán está para darse un merecido panzazo.

Otro lugar muy recomendado para comer es el Hotel Independencia (0981302931), también con platos alemanes imperdibles y una terraza mirando a los cerros, no tengo palabras para describir lo bello…

Pero espero escuchar las suyas!

Buen viaje!

Cerro 3 Kandú

Cuando empecé a viajar, la cosa no estaba (y en muchos aspectos sigue no estando) fácil en cuanto a descubrir todo lo que nuestro hermoso país tiene para ofrecernos en cuanto a turismo de naturaleza.

De paraguayos y extranjeros (más de los extranjeros!) escucho mucho que Paraguay es un país que tiene mucho que ofrecer, una naturaleza hermosa que explorar…pero que prefieren visitar otros países de Sudamérica porque tienen mejor infraestructura para turismo. No se equivocan. Especialmente si uno pretende hacerlo a pulmón: no hay caminos, no hay medios de transporte que te acerquen a los lugares (si querés llegar a algún lado debés contar con vehículo propio, la gran mayoría de las veces 4×4), no hay infraestructuras para los viajeros (baños, por citar algo bien básico). Pero por otro lado me gusta argumentar que es justamente esa realidad lo que hace que Paraguay sea mágico. Que si realmente te tomás la molestia, el tiempo y el esfuerzo de conocer, no te vas a quedar decepcionado.

De una u otra manera, «hoy en día» (me siento senil diciendo esta frase) hay muchos grupos, agencias de turismo, organizadores, en fin gente pila que cree y apuesta por nuestro país y facilita muchísimo a quien quiera conocer un poco más. Y lo más lindo es ver que hay respuesta, y la gente se prende a estas iniciativas (bien por todos!)

Todo este preámbulo es para decir que mi viaje al Cerro 3 Kandú lo facilitó Jahakatu-Py.

Estos chicos ejemplares, tan bien organizados, tan pulcros, tan serios, se llevan todos los puntos. Altamente recomendado recorrer con ellos!

Ahora, volviendo al 3 kandú:

Para ser repetitiva: nuestros cerros no tendrán ni mil metros sobre el nivel del mar, pero son empinados y los caminos cortan la pendiente en perpendicular, lo cual hace que uno entre sintiendo que todo va estar bien, pero termine con la lengua por el piso…

Subir no está fácil, pero tampoco imposible. En el ascenso se ve gente de todas las edades y estados físicos (eso si: niños no). Incluso los más aguerridos subiendo con conservadoras, parrillas, equipos de camping. Eso ya es otro nivel pero bueno, cada uno tiene sus motivaciones propias. Todo es cuestión de ritmo y el tiempo que a cada uno le tome, pero de que se llega hasta arriba, se llega (aunque no está demás prepararse antes con una caminata que ayude a preparar el corazón para tanta emoción extrema).

El camino de ascenso cuenta con 14 estaciones cuya finalidad supongo que es ir midiendo trayecto realizado y dar el ánimo de saberse cada vez más cerca de la meta.

Todo el esfuerzo, el levantarse temprano, el viajar, el subir, el quedarse sin aliento, son un precio más que justo por llegar arriba y poder ver esto:

y esto

ahora ya sin tener que preocuparte de cómo llegar, en qué llegar, el combustible, la comida (si! ni de eso hay que preocuparse!). Simplemente disfrutar…. a animarse pues!!!

Cerro Hû

Después de una dulce y larga espera, puedo finalmente volver a hacerme algo de tiempo en el complicado multitasking que hoy parece que es la profesión de todos,  para volver a lo que me gusta: recorrer. Viajar. Vagar. Y compartir mis experiencias.

Teniendo ahora a quién dejarle un legado del amor por recorrer el país (y el mundo), me hice de unos cuantos paseos últimamente y volví como perro arrepentido, cola entre patas, a este blog que siempre me vuelve a recibir con brazos abiertos y presto a escuchar sobre mis andanzas.

Y el destino elegido para el primer paseo postpartum : Cerro Hû, a metros de la ciudad de Paraguarí.

Justamente elegi(mos) cerro Hû por lo fácil de llegar, lo fácil de acceder y porque después de haber conquistado la cima del 3 kandú, cualquier cosa parecía fácil. Parecía. Nos fuimos a aprender que no es tanto así.

Porque si bien nuestros cerritos de menos de mil msnm no presentan mayor dificultad en cuanto a altura, compensan bien en lo empinado. Y los senderos no acompañan las curvas de nivel sino que cortan camino directo desde la base hacia la cima, y eso está para dejar con la lengua afuera a cualquier alpinista…

Llegamos a la base del Cerro Hû, sumamente fácil de encontrar gracias hoy a GoogleMaps o aplicaciones similares, o simplemente al iniciar el recorrido de la ruta Paraguarí-Piribebuy uno ya se encuentra con la base del cerro que te recibe amigablemente con un barcito en el cual pagás el acceso, te hacés de agua u otros snacks de último momento, optás por opciones aún más aventureras (como rappel), entrás al baño, y enfilás cuesta arriba.

Con la nueva carga a cuestas, turnarse es esencial…

 

Lo genial del cerro Hû es que tenés los contrastes de un lado de la ciudad, las plantaciones, las reforestaciones, toda la evidencia de presencia humana… y al otro lado tenés en contrapartida la naturaleza aún sin tocar, salvaje, misteriosa. Y una sobrecogedora vista del Cerro Santo Tomás.

Y mi vista favorita fue…

Durante todo el ascenso recibimos comentarios de ánimos y empatía por animarnos a ascender con el bulto. Pero no menos loable me pareció ver gente subiendo con su equipo de camping, parrilla, conservadora, etc. a cuestas. Admirable el punto al que te pueden llevar las ganas de estar en contacto con la naturaleza. Y en bastante respeto y ubicación, por lo que me tocó ver. Y sobre todo admirable me pareció el equipo joven pero bien organizado que te recibe el la base. Me parece un destino cercano a Asunción, accesible, de dificultad baja-media (se va dificultando al ir llegando a la cima), ideal para ir a pasar el día y volver. A animarse!! 🙂