Museo del árbol

Una vez más me toca agradecer a Jahakatu.Py por facilitar considerablemente la posibilidad de conocer un bello lugar en una bella zona y que además ofrece opciones de entretenimiento sumamente atractivas para quienes no sabemos quedarnos quietos.

El Museo del Árbol, en Nueva Alborada, departamento de Itapúa.

Tengo que reconocer que no tenía idea de lo hermoso y majestuoso del río Paraná en esa zona. Las imponentes murallas de piedra que adornan su orillas. Los cerros, cubiertos todavía de verde. Y por supuesto el río. Ni bien llegar quedé ya con la boca abierta.

El complejo del Museo del Árbol es visitado por los locales para pasar el día. Muchos niños, muchas familias, vienen con sus sillas y su picnic y también a cierta hora el aroma a asado invadió el paisaje.

Pero para quienes fuimos desde lejos, la acción era lo que llamaba.

Pero primero lo primero.

Los baños están en proceso de modernización, por lo que contrastan inodoros de porcelana con mochila y agua, totalmente funcionales, en las clásicas casetas de madera campestres que normalmente en su lugar tendrían un sencillo agujero abajo en el medio. Incluso encontré una ducha pero los tablones que la rodeaban y la baja temperatura de ese día en concreto hicieron que gane la alternativa de volver hasta mi casa a bañarme.

Un kiosko para munirse de último momento de snacks e hidratación, muy oportuno.

Una caseta con objetos colectados del bosque arman un pequeño museo con muestras de diferentes maderas y alguna que otra artesanía elaborada con materia prima toda proveniente del bosque.

Y ahí al lado nomás, empieza el sendero: breves y ligeras caminatas que te conectan entre las mejores atracciones de aventura, una mejor que la otra.

Les felicito por su iniciativa del columpio. El estómago sube hasta la garganta.

El rappel, el columpio y el mirador móvil están uno junto a otro. Tras una breve caminata se alcanza la tirolesa y la bici-tirolesa (también una genial idea muy original y sumamente disfrutable a pesar /o sobre todo/ por la adrenalina que te genera).

Todas, absolutamente todas estas atracciones aventureras tienen una vista al río tan magnífica, tan excelsa, que por un momento la adrenalina y el sustito de estar volando por encima de las copas de los arboles o columpiandote al ras de un acantilado, se hacen a un lado y desaparecen ante la perspectiva de poder disfrutar de tanta belleza natural espléndida desde un ángulo tan poco común.

Y lo más lindo es que las tirolesas terminan en el punto de inicio. Y el rappel está conectado por una escalera al punto de inicio, por lo cual uno sube después de haber descendido liado en piolas. Esta particularidad de poder volver al punto de inicio inmediatamente después de cada actividad hace que toda la experiencia sea disfrutable en familia, ya que los chicos (si no tienen edad para las actividades) pueden esperar mientras los adultos se turnan para jugar como niños y volver al punto donde se les está esperando para tomar la posta.

Este lugar realmente tiene todo: bello, entretenido, equipado, con gente preparada para recibirte, y apto para toda la familia. Les animo a visitar! Buen viaje!